Desde el primer momento en que entré en la que sería 'mi clase' durante dos meses ya era participe de todo lo que me rodeaba. Los niños en seguida me vieron como una 'profe' más y la maestra desde el principio empezó a dejar quehaceres en mis manos.
Esa misma tarde, del primer día, me propuso que les contase un cuento. Esto se convirtió en una rutina, muy agradable, y normalmente, a primera hora de la tarde cuando entraban en clase, se ponían la bata, se sentaban en la alfombra y les contaba un par de cuentos.
Otra de las tareas que empecé a realizar en esa primera semana fue impartir las clases de Psicomotricidad. Pude ver cómo las impartía la maestra el primer día, y esa misma tarde me dijo que si quería podía dar yo el resto de clases durante los dos meses. Me dejó material donde aparecían diferentes sesiones ya preparadas, y yo al principio las realizaba tal cual aparecían en ese libro. Días después, en la tercera sesión para ser más exactos, empecé a compaginar actividades que aparecían en dicho libro con recursos propios de mi imaginación o buscados en la red.
Hice doce sesiones, y noté mucho cambio de las primeras a las últimas. En las primeras me marcaba unos objetivos que, al terminar la clase, veía que no se habían cumplido, o al menos, no todos habían sido capaces de realizarlos. También me faltaba destreza a la hora de controlar el tiempo. Con el tiempo supe cómo organizarme, cuantas actividades desarrollar en cada apartado de la sesión, y así poder completarlas todas.
También aprendí a desarrollar objetivos más acordes a esa edad, 4 años, sabiendo cuáles eran las actividades que más les gustaban a ellos (zancos, juegos con aros, juegos tradicionales, circuitos, etc. ).
En el aula las primeras semanas fueron sólo de observación y ayuda a la maestra en todo lo que hiciese falta, bien en realización de material para futuras actividades, bien en decorar la clase o bien en ayudar a corregir las actividades o fichas que ellos realizaban.
Le comenté si podía realizar una UD y trabajarla con los niños, pero me dijo que en el colegio trabajaban con una metodología distinta, es decir, tenían ya programado todo el trimestre y no podían alterarlo. Aún así, me ofreció la posibilidad de impartir Caracol por las tardes. Me dio todo el material necesario para conocer el tema , que era los medios de transporte, y me puse a ello. En casa miré los objetivos de cada ficha, y organicé en qué orden realizarlas según la complejidad y los conocimientos previos, que los pude comprobar el primer día en la asamblea, cuando les pregunté que me contasen todo lo que conocían a cerca de los medios de transporte.
Los días posteriores realizábamos fichas del cuaderno de trabajo, siempre antes explicándoles la utilidad de los medios de transporte que aparecían en las actividades a realizar, o los tres tipos de medios de transporte que se podían diferenciar (aéreos, marítimos y de tierra), o lo que se terciase en el momento de la explicación.
Para que no fuese todo pura rutina, es decir, realizar fichas constantemente, hicimos un taller de medios de transporte con plastilina. Yo les enseñé cómo realizar determinados trasnportes y ellos después los hacían. También fueron llevando juguetes que tenían por casa relacionados con el tema, y cuando terminaban las tareas y quedaba algo de tiempo libre, les dejaba un rato para jugar con ellos y que lo compartiesen con el resto de compañeros. Y para hacer uso de las TICS, encontré en la red una página que contenía juegos interactivos relacionados con los medios de transporte. Entre todos, y con mi ayuda, estuvimos jugando un par de días en los ratos libres y estuvieron muy a gusto y aprendieron mucho de ello. También hice uso del ordenador para ver la película Cars, de gran afinidad con el tema a tratar y de gran interés por parte de ellos. El comienzo era la parte que más les gustaba. Aquí os la dejo para que le echéis un vistazo si no sabéis de lo que estoy hablando:
A su vez, también tuve la oportunidad de explicarles Las Cajas de Sentidos. Estas eran unas cajas, proporcionadas por el ayuntamiento para todos los colegios que lo deseasen, que trataban los cinco sentidos. Yo pude realizar con ellos la caja que desarrollaba el tacto. Se trataba de tocar determinadas superficies con los ojos cerrados, y después ya con los ojos abiertos, reconocerlas. Fue algo muy divertido y mostraron mucho interés por querer participar todos.
Y, en las últimas semanas, también pude impartir un par de clases de Inglés. El maestro encargado en impartir esa asignatura me dio la opción de hacerlo, y acepté. Siempre me han gustado los idiomas, y en especial el inglés. Él me animó, me ofreció material y toda la ayuda necesaria, y me dispuse a ello. Fue una experiencia muy enriquecedora y me hizo especial ilusión poder relacionarme con los niños en otro idioma y que ellos lo entendieran.