Durante mi periodo de prácticas,he afianzado mi vocación como educadora, ya que, aunque me gustaba desde hacía tiempo, no sabía si sería capaz de enfrentarme a la realidad cotidiana de un grupo heterogéneo de niños de corta edad dentro de un aula, puesto que es una gran responsabilidad para nosotros, futuros maestros, ya que tendremos en nuestras manos la educación de las nuevas generaciones, que nos tendrán como modelo de referencia en la mayoría de los casos.
Esto es algo que me asustaba en un principio, no obstante, después de haber realizado las prácticas me veo capaz en un futuro de ejercer como maestra, sabiendo que aún me quedan muchas cosas que aprender.
A pesar de todo sigo conservando un poco de temor, que espero desaparezca cuando me establezca definitivamente en un colegio como maestra y conozca a los alumnos/as y la realidad de su entorno.
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